TEATRO
"Esperando la carroza" sube a escena en Neuquén
10:42 14/08/2014
Puede verse los domingos de agosto y septiembre
Quizás no sea necesario
adelantar la trama de "Esperando la carroza ", esa historia ya conocida
por el público argentino: en principio, gracias al cine nacional, aunque
antes pensada por el uruguayo Jacobo Langsner para las tablas (adaptada
a la pantalla en 1985 por Alejandro Doria) sobre las miserias, envidias
y "afectos" (a su manera lo son) que se tejen en esta popular familia.
Se puede advertir que la atraviesan conceptos como el de "historia costumbrista", o del grotesco criollo o, simplemente, el de comedia algo negra.
En la puesta neuquina, el director, Gustavo Lioy, sostiene la trama vertiginosa y delirante, la musicalización conocida y hasta la mención de lugares lejanos para el público local (como Acassuso, por caso).
Aprovecha bien el espacio, ya que logra que todo suceda en un ambiente único, a excepción de la escena lacrimógena y bizarra del supuesto velorio/entierro de Mama Cora (o de " la húngara", como muchas de las acciones que la platea espera y se pregunta cómo se resolverán). En este caso, pulgar para arriba para Lioy, ya que incorpora al público al cortejo fúnebre y hace descender la acción del escenario. La platea, que colmó la sala, agradece la ocurrencia, aplaude y ríe a carcajadas (en rigor, durante toda la obra): "¡Qué poca gente que vino!", lamenta un par de veces Elvira, que encarna Cane Aiello (se trata de una de las tres mujeres fuertes sobre las que gira, esencialmente, la obra).
Quizás algunos personajes, siempre desopilantes y divertidos, quedaron un tanto sujetos a los matices que aportaron las ya clásicas Nora (quizás la más parecida a la Nora de Betiana Blum, capaz de generar sentimientos encontrados), Susana (superada por las circunstancias y brutalmente transparente, querible y explosiva) y Elvira (mostró pinceladas distintas de hipocresía, frustración y enojo).
En la función estreno del domingo, a sala llena, se percibieron algunas imprecisiones y ciertos nervios en el elenco, numeroso y lúdico, interesante y equilibrado. Quienes subieron a escena fueron Cane Aiello, Silvia Ayzenzztein, Raúl Braga, Marcela Delavault, Alejandra Kasjan, Silvio Losino, Beto Mansilla, Bettina Obreque y Noemí Rozemberg.
Se agradecen la valentía, el profesionalismo y la definición-pasión del grupo, puesto que atreverse a "subir a jugar" con este texto requiere de reposicionarse respecto de aquello conocido por la mayoría (el club de fans de la película dio el OK: sólo un dato).
Está claro que la obra tomará fuerza y ajustará detalles con el correr de las funciones. Celebramos que " Esperando la carroza " vuelva al teatro, la recomendamos y aprovechamos para pedirle al público que acuda a horario a la función (es sólo una muestra de respeto y consideración a los artistas y al resto de la platea). Como suele suceder, la obra inició veinte minutos más tarde del horario estipulado (es que el público no dejaba de llegar).
Puede verse los domingos de agosto y septiembre a las 20:30, en el Arrimadero Teatro (Misiones 234), con una entrada de 100 pesos (reservas al 4421457).
http://www.rionegro.com.ar/diario/esperando-la-carroza-sube-a-escena-en-neuquen-3843656-9523-nota.aspx
Se puede advertir que la atraviesan conceptos como el de "historia costumbrista", o del grotesco criollo o, simplemente, el de comedia algo negra.
En la puesta neuquina, el director, Gustavo Lioy, sostiene la trama vertiginosa y delirante, la musicalización conocida y hasta la mención de lugares lejanos para el público local (como Acassuso, por caso).
Aprovecha bien el espacio, ya que logra que todo suceda en un ambiente único, a excepción de la escena lacrimógena y bizarra del supuesto velorio/entierro de Mama Cora (o de " la húngara", como muchas de las acciones que la platea espera y se pregunta cómo se resolverán). En este caso, pulgar para arriba para Lioy, ya que incorpora al público al cortejo fúnebre y hace descender la acción del escenario. La platea, que colmó la sala, agradece la ocurrencia, aplaude y ríe a carcajadas (en rigor, durante toda la obra): "¡Qué poca gente que vino!", lamenta un par de veces Elvira, que encarna Cane Aiello (se trata de una de las tres mujeres fuertes sobre las que gira, esencialmente, la obra).
Quizás algunos personajes, siempre desopilantes y divertidos, quedaron un tanto sujetos a los matices que aportaron las ya clásicas Nora (quizás la más parecida a la Nora de Betiana Blum, capaz de generar sentimientos encontrados), Susana (superada por las circunstancias y brutalmente transparente, querible y explosiva) y Elvira (mostró pinceladas distintas de hipocresía, frustración y enojo).
En la función estreno del domingo, a sala llena, se percibieron algunas imprecisiones y ciertos nervios en el elenco, numeroso y lúdico, interesante y equilibrado. Quienes subieron a escena fueron Cane Aiello, Silvia Ayzenzztein, Raúl Braga, Marcela Delavault, Alejandra Kasjan, Silvio Losino, Beto Mansilla, Bettina Obreque y Noemí Rozemberg.
Se agradecen la valentía, el profesionalismo y la definición-pasión del grupo, puesto que atreverse a "subir a jugar" con este texto requiere de reposicionarse respecto de aquello conocido por la mayoría (el club de fans de la película dio el OK: sólo un dato).
Está claro que la obra tomará fuerza y ajustará detalles con el correr de las funciones. Celebramos que " Esperando la carroza " vuelva al teatro, la recomendamos y aprovechamos para pedirle al público que acuda a horario a la función (es sólo una muestra de respeto y consideración a los artistas y al resto de la platea). Como suele suceder, la obra inició veinte minutos más tarde del horario estipulado (es que el público no dejaba de llegar).
Puede verse los domingos de agosto y septiembre a las 20:30, en el Arrimadero Teatro (Misiones 234), con una entrada de 100 pesos (reservas al 4421457).
http://www.rionegro.com.ar/diario/esperando-la-carroza-sube-a-escena-en-neuquen-3843656-9523-nota.aspx
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