Crítica de IRNOS DE BOCA

La disputada vida de Mamá Cora en versión neuquina

September 29, 2014
No creo haber encontrado en la acogedora sala teatral El Arrimadero, alguien que desconozca La disputada vida de Mamá Cora, sea por la bien ganada fama del filme argentino, ícono del cine nacional, sea porque tal historia subyace latente en cada trastienda familiar.
 

La versión neuquina Esperando la Carroza dirigida por Gustavo Lioy hace humor desde lo esperado, arranca risas desde diálogos hiper conocidos por el público. Pero, permítanme decir, esta puesta en escena avala el goce de la imitación, la mirada desde el parecido con los archiconocidos actores China Zorrilla, Betiana Blum, Luis Brandoni, entre otros.
 

Ahora bien, Lioy y los nueve personajes en escena van más allá de una simple comicidad aportada por el recuerdo de la película. Ese, supongo, debió haber sido el desafío de esta nueva puesta: crear desde lo viejo y lo clásico algo nuevo que, sin dejar de ser un gran homenaje, sea una puesta única.
 

Se logra, muchachos.
 

Aplausos de pie para el gran Lioy pero también para los actores. Sobre todo, para ellas, las mujeres en escena porque son ellas, las que logran asumir con el cuerpo y la voz lo tragicómico de la historia.
 

Aplausos de pie para el despliegue escenográfico porque nos permitió sentirnos reunidos en ese hogar, símbolo de la clase media argentina. Reunidos en la risa hipócrita de los personajes y en el dolor profundo de lo que verdaderamente acontece.
 

Aplausos de pie, finalmente, porque al terminar la función, los ecos de lo clásico y lo conocido se van olvidando ante los nuevos diálogos y nuevas presencias de la versión neuquina.
 

 

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